El pasado mes salió una noticia acerca del potencial carcinogénico que podría estar aparejado al consumo de aspartamo, un endulzante sintético. La noticia salió a raíz de comentarios emitidos por una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para entender un poco más de qué se trata esta noticia y el potencial peligro del consumo de alimentos que contengan este endulzante es importante entender su origen, su rol y las cantidades presentes en los alimentos considerados bajas calorías o dietéticos.
¿Qué son los endulzantes artificiales?
Los endulzantes artificiales son mayormente moléculas orgánicas con la capacidad de producir la sensación de dulzor en el paladar y por ende, endulzar aquellos alimentos a los que no se les agrega o se le han removido los azúcares. Este tipo de moléculas tienen un poder endulzante superior al del azúcar de mesa, o sacarosa y es por ello que debido a su bajo aporte calórico se han vuelto parte de múltiples alimentos para aquellas personas que quieran perder peso o padecen algún tipo de enfermedad metabólica, entre ellas, la diabetes. El aspartamo se encuentra entre estas moléculas.
El aspartamo es un aditivo alimentario sintético, bajo en calorías y aproximadamente 200 veces más dulce que el azúcar. Fue descubierto en 1965 por el químico James Schlatter y recién salió al mercado en 1981. Está formado por 2 aminoácidos: el aspartato y un metil éster de fenilalanina (aminoácido modificado). Este endulzante es usado en bebidas, postres, golosinas, productos lácteos, productos reducidos en calorías y como endulzante de mesa (en reemplazo del azúcar), entre otros.
Hasta aquí parecería que no hubiera ningún inconveniente con el aspartamo ya que ha sido parte de nuestras vidas por una buena cantidad de tiempo. Sin embargo, a mediados de julio de este año, la OMS realizó un anunció que avivó la preocupación por la presencia de estos compuestos sintéticos en nuestra alimentación.
La declaración de la agencia dependiente de la OMS mencionaba la inclusión del aspartamo como un producto posiblemente carcinogénico y esto despertó la preocupación por su uso actual y los efectos que podrían venir aparejados con su consumo, especialmente la posible conexión con el cáncer hepático. Sin embargo, es importante revisar la información y el sustento científico para realizar el anuncio. La agencia internacional para la investigación del cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) indicó que los estudios en humanos tenían evidencia limitada que solo se basaban en 3 estudios observacionales, ésta en conjunto con el comité de expertos en aditivos alimentarios que es parte de la OMS y de la Organización para la Alimentación y Agricultura (FAO, en inglés) o JECFA, han emitido el comunicado indicando la nueva clasificación. Esta decisión indicaba además que no era necesario el cambio de la ingesta diaria permitida de este endulzante (40 mg/kg de peso, según fuentes norteamericanas y europeas).
Entonces: ¿qué significa esta evidencia? Por un lado, se sabe que los estudios mencionados fueron realizados en animales, por lo que no siempre existe una correlación directa con los humanos. Pueden dar pistas y por ello, requieren de mayor investigación y de ser posible, estudios en humanos. Adicionalmente, un estudio publicado por investigadores de Harvard, la Universidad de Boston y el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, examinó el consumo de bebidas endulzadas en personas con cáncer. Los investigadores encontraron un elevado riesgo de cáncer de hígado en personas con diabetes con un consumo de bebidas gaseosas endulzadas artificialmente. Sin embargo, la revisión no halló un incremento en cáncer hepático en aquellas personas que consumían gaseosas y no presentaban diabetes. Esto quiere decir que los estudios observacionales muestran correlaciones, pero no causas y efectos. Para que el efecto negativo del aspartamo sea evidente, y de acuerdo a los límites permitidos de su ingesta, deberíamos sobrepasar un equivalente al consumo de 9 a 14 latas de gaseosas diarias o aproximadamente 4 litros al día.
El mensaje final es seguir siendo cuidadosos en la selección de los alimentos y bebidas que consumimos, buscar ingredientes saludables y no confundirlos con seguros. Recordar que el consumo excesivo de azúcares refinados pueden llevar a la aparición de obesidad y otras enfermedades metabólicas. Más allá de que los endulzantes artificiales puedan servir para reducir el consumo de azúcar, no ofrecen ningún beneficio para la salud y lo ideal sería dejar de consumirlos.
Referencias:
García, B. “El aspartamo sigue siendo seguro (y la OMS debería revisar cómo lanza sus mensajes)”. El Mundo [España], 14/07/2023.
Jewett, C. “Aspartame is a possible cause of Cancer in Humans, a WHO Agency says”. The New York Times [Estados Unidos], 13/07/2023.
Magnuson, B. et al. (2016) Biological fate of low-calorie sweeteners, Nutrition Reviews Vol. 74(11):670–689. doi: 10.1093/nutrit/nuw032
Timberlake, K. (2019) Chemistry An Introduction to General, Organic, and Biological Chemistry, 13th Edition, Pearson.
Fuentes de la imagen:
https://images.app.goo.gl/ouBLQCfLBsrVJVt19